GRABADO AL LINÓLEO

El viernes me decidí a hacer la locura de juntar a los tres grupos de tercero de la ESO en el aula de Plástica para ponernos manos a la obra con el entintado de linóleos. Es un día que me estresa profundamente y espero con temor todos los años porque para mí organizar a más de cuarenta alumnos en esta labor es complicadísimo.

No es nada fácil que tantos chavales metidos a la vez en un aula funcionen y hagan su trabajo. Que te pregunten las dudas de última hora, acaben los detalles con las gubias, esperen turnos para entintar, no dejen todo en cualquier sitio, calibren el tórculo y pasen el linóleo por él, corten a mano las cartulinas, tropiecen unos con otros, manchen el trabajo de sus compañeros, manchen sus propias cartulinas con las manos sucias y se abra la puerta y haya una maravillosa corriente de aire que haga que vuele todo.

La verdad es que esta vez os portásteis fenomenal. Se respetaron los turnos y todo el mundo colaboró muchísimo. Hasta se esforzaron alumnos que no suelen hacer nada, trabajando con fruición ayudando a todos sus compis. Incluso nos vino a ayudar con el calibrado del tórculo, dada su experiencia del año pasado y su dominio de cualquier técnica en general del taller, un alumno de 4º, el más servicial, que siempre arregla todo lo que se estropea en el aula sin que haya ni que pedírselo. Qué voy a hacer yo a partir de ahora sin Álvaro...! Sniff!

Los chavales de 3º hicieron todo tipo de relieves, algunos me entusiasmaron y tienen doble mérito porque dadas las circunstancias, la falta de tiempo, lo hicieron ellos solos en casa, consultándome solo en los recreos. Lo hicieron rapidísimo, las incisiones muy bien y los motivos elegidos este año me gustaron más que en curso anteriores, eran menos infantiles. Solo hubo un par de errores y los cortes de dedos, los esperados.

Estoy muy contenta con el resultado y con su comportamiento ejemplar.

Os voy a resumir a modo de resumen la técnica que hemos utilizado y después os pondré las fotos que hemos hecho en el taller mientras trabajabais. Le dejé la cámara a varios alumnos para hacer fotos y alguno activó la opción de “fotografía en movimiento” y el resultado es un poco raro, pero nos valen por su singularidad.

PROCESO

El grabado sobre linóleo es una técnica ideal para los principiantes. Los materiales son baratos y sencillos de adquirir, y no hace falta tener un tórculo o prensa para conseguir buenas impresiones, aunque nosotros en el aula tenemos la enorme suerte de disponer de una.

El grabado al linóleo es una variante de la xilografía, de hecho se talla igual que si fuera un taco de madera, pero mucho más fácilmente, por ser un material más blando, su textura parece corcho. Además al tener una densidad tan uniforme permite ser tallado en todas direcciones por lo que se pueden conseguir detalles muy finos. El envés de las planchas es, como sabéis, una tela de arpillera. La superficie que se imprimirá será la zona del linóleo que hayamos dejado intacta, mientras que extraeremos las zonas que deseamos que queden en blanco, es decir, del color de la cartulina.

Por ello estas técnicas (xilografía y linóleo),se denominan "grabado en relieve", porque las imágenes resultan de entintar una plancha en la que el dibujo está en relieve.

Otra característica que debes tener en cuenta a la hora de usar esta técnica, es que la imagen que se verá en el papel estará al contrario de como la hayas dibujado sobre la plancha de linóleo por eso las palabras han de ponerse al revés.

Es muy apropiada para conseguir imágenes de gran fuerza expresiva, con trazos gruesos y agresivos, especialmente si usas tinta de color negro sobre papel claro.

Las herramientas usadas en la linografía son las mismas que se utiliza para la xilografía: cuchillas y gubias, lo normal es cortarse un par de veces con ellas. Al ser un material tan cómodo de trabajar, la talla debe realizarse con precaución para no vaciar en exceso la plancha, o que se nos escape la gubia pues los errores son difíciles de rectificar. El inconveniente que tiene esta técnica es que la plancha se va perdiendo conforme se avanza en la estampación, se deteriora, volviéndose quebradizo.

Es una técnica de uso reciente, que coincide con la aparición del linóleo como material para revestir suelos. Picasso supo sacarle gran partido a esa técnica e ideó el método de la plancha perdida en donde a partir de una sola plancha se pueden conseguir estampaciones de distintos colores.