Greg Bogin es un artista neoyorquino nacido en el año 65 que trabaja en Brooklyn y que me encontré en alguna web, alguna vez. Me llamó la atención y lo metí en mi carpeta de descubrimientos varios donde hay desde zapatos hasta bañeras, pasando por pijamas de bebés, edificios, cuadros y tartas de cumpleaños, lo dicho, múltiples variantes del síndrome de Diógenes.
Este americano hace un trabajo que me gusta mucho por lo distinta que es su estética “flúor” tan minimalista-pop, una obra tan cercana al diseño gráfico, tan limpia, contundente y pulcra. Como a mis alumnos les alucina que alguien haya triunfado con el Suprematismo de Malevich, con la abstracción-dripping de Pollock o hasta con el cubismo de Picasso, esto ya les va a parecer la gota que colma el vaso. Un artista que expone y triunfa actualmente en el mundo entero, y en realidad lo que hace es limitarse a trabajar el marco del lienzo. Aunque podrían ser también piezas escultóricas. Utiliza la geometría, especialmente la curva, los colores ácidos y las formas contemporáneas del mundo capitalista y consumista que evocan a logotipos, espejos de brujas de cuento, Legos, rótulos y señales. Los títulos no hacen más que enfatizar el mensaje ausente y son muy irónicos.
Me encantita…
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