miércoles, 13 de abril de 2011

JAIME HAYÓN



















No soy una persona nada envidiosa, sin embargo, tengo que reconocer que siento una enorme envidia, no sé si muy sana, por la creatividad y el buen hacer de Jaime Hayon. Es una de esas personas que se encargan de hacer más bello este mundo en el que vivimos, cada días más gris y lleno de caras largas y horrores. A este artista y diseñador nacido en Madrid en 1974, lo descubrí hace muchos años entre las páginas de la revista Neo2, fue un flechazo instantáneo. Hoy, sin ir más lejos, me encontré una de sus butacas en una foto de La Voz de Galicia, lo que significa que ya es uno de los protas indiscutibles del diseño contemporáneo español.

De adolescente se sumergió en la cultura del skate y del graffiti (algo que tienen en común la mayoría de los artistas que me interesan). Y desde entonces ha protagonizado una de las carreras más fulgurantes que se hayan visto en la historia reciente del diseño. Se fraguó como diseñador en la Fabrica, el vivero de creatividad que Benetton regenta cerca de la ciudad italiana de Treviso donde muy joven se puso a las órdenes de Oliviero Toscani, que pronto lo convirtió en el responsable de su departamento de diseño. En 2004 Hayon decidió iniciar su carrera personal, se instaló en Barcelona y se puso a trabajar en diversos proyectos al tiempo que mostraba su obra más personal en galerías de arte. Su exposición Mediterranean Digital Baroque en la David Gill Gallery de Londres, junto con la colección de baño que diseñó para ArtQuitect, marcaron el inicio de su meteórica proyección internacional, que se consolidó con la colección Showtime que produce Bd y sus posteriores colaboraciones con empresas como Metalarte, Camper, Lladró, Bisazza, Swarovsky y Moooi. Actualmente Hayón vive y trabaja en Londres.

Hayón es un híbrido, un artista trabajando en el arte del diseño. Hace incursiones en el diseño industrial, pero de un modo muy artesano, y en el interiorismo con un uso frecuente de un estilo neo-barroco y a veces surrealista. Sus atmósferas siempre son limpias pero no minimalistas.

Vale la pena visitar su sitio, es un catálogo completo con enlaces a artículos sobre cada uno de los proyectos y varios incluyen bocetos.

Lo que me pirra de Hayón es lo impecable de sus diseños y la atención a los detalles. También como reinventa marcas clásicas como Lladró que pasan de ser objetos kitsch muy prescindibles a vanguardiastas piezas de colección. Lo que menos me gusta es el elevadísimo precio de sus objetos y lo difícil que es encontrarlos en el mercado. Pero es que sus productos son casi obras de arte, nada que ver con las butacas de Ikea.

Enjoy!












2 comentarios:

  1. A mi su bañera me tiene fascinada.
    Algun día...
    ¿Porque el señor Zara no tiene descendientes varones? XD

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  2. Jajajaja, Su, la bañera es preciosa pero necesitas un baño inmenso y parece un poco incómoda ¿no? No se consuela quien no quiere...

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