domingo, 27 de marzo de 2011

LA CASA DE LA SEMANA - ARJEN REAS


Vivimos en una tierra maravillosa, con paisajes privilegiados, un clima distinto (para mí el mejor), una gastronomía llena de productos inmejorables, una lengua con una cadencia y una sonoridad dulce y cantarina, gentes con un sentido del humor y una calidez especial… y sin embargo, si hay algo que no me hace estar muy orgullosa de ser gallega es el mal gusto que tenemos para algunas cosas.

Nunca entenderé por qué en Galicia estamos rodeados de viviendas sin revocar, de medianeras espantosas, de escaleras exteriores, de líneas curvas, de accesorios imposibles como columnas faraónicas, águilas de piedra, escudos señoriales que no son tal, colores que dañan la retina del más fuerte, etc. Tampoco entiendo por qué lugares que tendrían que atraer la atención de turistas y viajeros como Caión o Finisterre, por no poner más ejemplos, con una morfología privilegiada y tanta leyenda, hayan cuidado tan poco su arquitectura y su urbanismo. Se construye sin ton ni son, todo tipo de alturas, no se respetan distancias ni tradiciones constructivas, los revestimientos no siguen ninguna coherencia ni nada tiene la más mínima sensatez estética. Por todo esto, lamentablemente, somos los reyes del feísmo.

Esta es la razón por la que me gustaría mostrar el trabajo de arquitectos y diseñadores que aportan su granito de arena para que el mundo que vivimos, aunque, a veces, sea muy lejos de nosotros, sea un poquito más bello. Porque si bien es cierto que la belleza de las personas está en el interior, en el caso de las construcciones, la estética exterior la tenemos que disfrutar o sufrir todos, lo cual hace que debamos cuidar este aspecto y ser generosos con los demás. Y porque el gusto se educa como se educa el paladar, conociendo, viendo y experimentando. Cuantas más cosas probamos más posibilidades tenemos de comparar y saber qué es mejor y discriminar con mayor acierto.


ARJEN REAS


La primera casa de esta serie está en Zoermeer en Holanda, está hecha por el arquitecto Arjen Reas. Me gusta muchísimo porque es una vivienda situada cerca de una ciudad pero que mantiene muy bien el espíritu de una casa de campo. Me parece que se ha conseguido perfectamente el reto de fusionar los ideales tradicionales con un diseño de casa contemporánea y la vida rural con el diseño más actual. Se han utilizado líneas puras, sobrias, elegantes y se han mezclado materiales muy diferentes que se camuflan perfectamente con el paisaje holandés, la textura fina de la paja en combinación con el blanco inmaculado del resto de superficies se funden sin estridencias en esta estructura tan moderna y a la vez tan tradicional.





2 comentarios:

  1. Buena idea.
    Yo me pregunto siempre cómo podemos tener tanto gusto para algunos aspectos estéticos, como por ejemplo el vestir, y tan poquísimo para el urbanismo. Es como si la mayoría de la gente fuese "ciega" a lo que les rodea.

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  2. Sí, eso les comentaba hoy a unos alumnos. Vestimos genial nuestro cuerpo pero fatal nuestras casas...

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